Pero también hay ciudadanos que ya están cansados de esto y hacen justicia por su propia mano los llamados justicieros anónimos, pues esta historia no fue de uno de ellos pero si de un ciudadano que sintió tanta furia ver que un par de ratas hicieran de las suyas que no le importo su auto y atropello al cómplice que estaba esperando en una motocicleta.
Nos ponemos de pie con este gran ciudadano que no evito el asalto pero que por lo menos daño el medio en el que estos malandros iban a escapar, las autoridades siguen sin hacer absolutamente nada y tiene que ser la ciudadanía quien arriesgue su vida para detenerlo.